La periodista y ex presidenta de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), Rosa Cullell, ha denunciado "bullying al español" en Cataluña y en un artículo a The Objective afirma que "sólo hay un idioma oficial discriminado: el castellano". "Está en inferioridad de condiciones en la escuela, en la universidad, en la Administración y hasta en los patios de recreo", sentencia.
Culell, que fue nombrada como presidenta de la Corpo durante el mandato de Pasqual Maragall, hace referencia a la Guía del Activista de Òmnium Cultural, que señala que los que hablan español en Cataluña son unos "inadaptados", y afirma que las 40 normas de la guía "tienen una raíz supremacista". En este sentido, subraya que "los niños y adolescentes aprenden rápido; dan por bueno lo que les cuentan en la escuela, lo que ven en casa y escuchan de sus amigos".
También hace referencia al caso de las gemelas de Sallent y destaca que "los familiares han explicado que la niña muerta era acosada por su deseo de ser chico (quería que la llamaran Iván) y por el acento argentino de su español". "Sin duda, habrá otros motivos, psicológicos y económicos que contribuyeron a la tragedia, pero ponerle la vida aún más difícil a unas adolescentes llegadas de lejos, no es la manera de recibir a nadie", ha remachado.
Rosa Cullell critica que "ahora, se pasarán las culpas los unos a los otros" y avisa de que "no habrá culpables", pero concluye que "hacer la vista gorda a la división social, ocultar los problemas, invertir más en campañas políticas que en sanidad o educación no ayuda a mejorar la salud mental ni la convivencia".
La periodista cree que "recuperar el respeto por los demás, más allá de su religión, raza o lengua materna, empieza a ser urgente". Sin embargo, pone de manifiesto que "los activistas de la secesión se dedican a seguir imponiendo su idioma, a la vez que se atreven a denigrar a los ciudadanos que hablan en su materna lengua española".
Finalmente, reprocha a la Generalitat que "incumple sentencias y aprueba normas para dificultar el entendimiento" y, en este sentido, lamenta que "el empobrecimiento profesional de Cataluña es secundario siempre que se hable catalán". "La lengua, lamentablemente, se ha convertido en un arma utilizada por los políticos para ganar votos".